La leyenda de los Indios Yope fue la inspiración para darle
su nombre a Acapulco. La historia dice que Ácatl (caña), el hijo más grande de
uno de los jefes de la tribu estaba enamorado de la Princesa Quihuitl (lluvia),
hija del jefe de la tribu rival. Pero desanimado a casarse con ella, Ácatl cayó
en una depresión tan profunda que sus propias lágrimas derritieron su cuerpo,
formando un gran pantano de lodo en donde la caña empezó a crecer.
Mientras tanto, la Princesa Quihuitl con su gran tristeza,
se perdió en la bahía en forma de una nube y al descubrir la muerte de su
amado, se convirtió en una tormenta gigantesca que destruyó las cañas y ella
murió junto a su amado Ácatl y con este acto, quedaron unidos para siempre en
Acapulco, que fue como llamaron a este lugar; “en donde las cañas fueron
destruidas”
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