ANTONIO BADU
nace en Real del Monte, Hidalgo el 13 de
agosto de 1914, y muere el 29 de junio
de 1993, hijo de Antonio Namnum y Virginia Nahes, inmigrantes libaneses, y el
apellido Badú, con el que fue conocido posteriormente lo tomó debido a que su
madre acostumbraba llamarlo Badúe, palabra árabe que significa beduino. En
Hidalgo trabaja como panadero y dependiente de una tienda, hasta que decide
probar suerte en la Ciudad de México, instalándose en una vecindad del popular
barrio de la Merced, en donde hace amistad con otra futura estrella: Mauricio
Garcés y con el entonces desconocido periodista Jacobo Zabludovsky, y desde
entonces ya tenía inquietud por la carrera artística, que se le dio después de
conocer a Ramón Armengod, quién lo presentó con el compositor Gabriel Ruiz Galindo,
que a su vez lo presentó con su director artístico. Este le dio la oportunidad
de presentarse en el famoso programa "La Hora Azul" de la estación de
radio XEW, la voz de la América Latina desde México. En la XEW el locutor Pedro
de Lille lo bautiza como “El emir de la canción”, haciendo famosas grandes
canciones como: "Hipócrita", "Azul", "Sortilegio"
y "Viviré para ti", entre otras, canciones que gozaron de gran
popularidad en ese tiempo.
Antonio ya gozaba de cierta
popularidad como cantante, cuando otro de sus amigos, el actor Víctor Manuel
Mendoza, lo recomienda para su debut en cine en 1938 con la cinta Padre
mercader. Después de esta hace papeles menores en varias cintas, entre ellas
¡Ay Jalisco, no te rajes! (1941), y la consagración como estrella de quien
también se convertiría en otro de sus grandes amigos: Jorge Negrete. Su primera
oportunidad estelar le llegaría en 1943, al protagonizar “La feria de las
flores”, junto a María Luisa Zea y en la que recomienda a un joven aspirante a
estrella, Pedro Infante, con quien muchos años después quisieron enemistar,
pero Pedro Infante siempre le guardó respeto a Badú por esta oportunidad.
Siguieron participaciones en cintas de gran éxito como La mujer sin alma
(1944), junto a María Félix, en donde pronunció la frase "Me das miedo
Teresa", que se volvió muy popular. Me he de comer esa tuna (1945), con
Jorge Negrete, María Elena Marqués y Amanda del Llano. “Cantaclaro” (1946) de
Julio Bracho, film que le significo una nominación como mejor actor; en este rodaje
trabajó al lado de quien sería su esposa, la diva Esther Fernández, con quien
mantuvo un noviazgo de 5 años y un matrimonio de casi 2. En 1949 participa en
la película Hipócrita, junto a Leticia Palma y Carmen Molina, en la que hace
una de las escenas más memorables del cine mexicano, cuando le interpreta al
personaje de Leticia Palma la canción que da título a la cinta, mientras
bailan. Antonio y Leticia vuelven como pareja en Vagabunda (1950) y, mientras
la filman él y la Palma hacen una participación especial en la película También
de dolor se canta (1950), protagonizada por Pedro Infante y Guillermina Green.
Enseguida protagonizaría con Infante la película que marcaría el debut del
extraordinario director Rogelio A. González, El gavilán pollero (1951), en
donde también trabajaba la sensual Lilia Prado. Otros trabajos sobresalientes
en los que trabajo en la década de los 50's fueron: Una gringuita en México
(1951) con Martha Roth; Paco el elegante (1952) con Emilia Guiú y Ramón Gay;
Los hijos de María Morales (1952) con Pedro Infante; Póker de ases (1952) con
David Silva, Luis Aldás y Luis Aguilar; ¡Ay, pena, penita, pena! (1953) con
Lola Flores "La Faraona" y Tres desgraciados con suerte (1958) con
Fernando Casanova y Eulalio González “Piporro”. Hacia la década de los 60's, ya
considerado grande para estelarizar, decae considerablemente su participación
en cine, hasta que su gran amigo Mauricio Garcés lo convence para trabajar a su
lado, en las que serían a la postre los últimos trabajos de Badú como actor,
las cintas serían: Bromas, S.A. (1967); El día de la boda (1968); Las fieras
(1969) y El matrimonio es como el demonio (1969). Después se dedicaría a
presentaciones personales y trabajar en televisión.
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